viernes, 22 de octubre de 2010

Apoloxía do Latín e das Matemáticas

UNA APOLOGÍA DEL LATÍN Y DE LAS MATEMÁTICAS
Por Cheryl Lowe
El latín y la matemática desarrollan la mente en formas en que otras materias no pueden hacerlo.
Muchas personas que se sienten atraídas por la idea de una educación clásica no saben exactamente el porqué, ni comprenden la necesidad del latín, o al menos, por qué se insiste tanto en él. Un poco de latín está bien, pero ¿todos los años? La espinaca es buena, pero ¿todos los días?
Creo que cinco décadas de fruslerías y experimentos han vuelto a los padres cautelosos, y cuando oyen hablar de educación clásica piensan: “Sí, eso es lo que quiero”. Parte del atractivo de la educación clásica es simplemente la palabra “clásica”.
Clásico o clásica es una palabra que tiene interesantes connotaciones: algo que ha soportado el paso del tiempo, lo mejor, algo con forma, estructura y belleza, como una sinfonía o la arquitectura clásica. Cuando se pone de esta forma, todos los padres quieren una educación clásica; ellos quieren lo mejor, la educación que el tiempo ha puesto a prueba, la educación que tiene forma y estructura, disciplina y belleza. Suena bien para los padres que están cansados de las últimas innovaciones que nunca parecen funcionar.
Pero, ¿qué es la educación clásica? Para ser exactos -y debemos serlo- usaremos el significado histórico del término. Esta comprensión de la educación clásica ciertamente puede ser actualizada, pero no puede ser cambiada de manera radical. En la educación clásica, el centro primario de los estudios de lenguaje es una lengua clásica, y el centro primario de los estudios de historia lo constituyen las civilizaciones de Grecia y Roma. Hay dos, y solamente dos, lenguas clásicas: latín y griego. Limitaré mis comentarios al latín.
¿Por qué estudiar lenguas y civilizaciones muertas? En primer lugar, el latín no está muerto. Aún es leído por millones de personas en todas las naciones, y la mayoría de los clásicos latinos aún están en circulación, y muchos nuevos libros como El Grinch que robó la navidad o Winnie the Pooh (1) han sido traducidos al latín. Existen muchas lenguas muertas o en proceso de muerte en este mundo, pero no ha habido lenguas más influyentes en la historia que el latín y el griego. Es verdad que no se usan para la conversación habitual, pero es completamente falso caracterizar el latín y el griego como lenguas muertas. No están muertas: realmente son inmortales.
Sí: el latín ayuda a mejorar las calificaciones del SAT (2). También hace que el aprendizaje del vocabulario moderno sea más fácil. Y es verdad que el latín abunda en los vocabularios técnicos de las ciencias y del derecho. Un estudiante de latín también debería tener un mejor manejo del vocabulario español, al darse cuenta de que todas las palabras principales proceden del latín. Aunque estos beneficios son impresionantes, son pequeños en comparación con el verdadero valor del latín. Existen objetivos más importantes que el latín alcanza mejor que otras asignaturas. La primera es el desarrollo mental, y la segunda, la habilidad lingüística.
El latín desarrolla las facultades intelectuales como ninguna otra materia. Piénselo en términos de aptitud física: un estudiante que es un atleta en comparación con un blandengue. La mente puede ser desarrollada como el cuerpo. ¿Cómo lo hace el latín? La mejor manera de comprender el poder del latín es compararlo con algo que seguramente usted conoce: la matemática.
La matemática es un sistema organizado, lógico y acumulativo. En un estudio acumulativo, cada destreza se construye sobre la anterior; nada puede ser olvidado; todo debe ser recordado. Todos los conocimientos y las habilidades están interrelacionadas. El estudiante continúa construyendo la torre del conocimiento ladrillo a ladrillo, hasta que alcanza el más alto nivel de habilidad y conocimiento.
La matemática comienza con la memorización, el cálculo, las fracciones, los decimales, los porcentajes, y continúa con la resolución de problemas: álgebra, geometría, trigonometría y cálculo. La matemática es difícil porque se construye sin descanso, año tras año, a través de toda la educación del niño. Cualquier habilidad que no haya sido dominada un año hará más difícil el trabajo del año siguiente. No perdona. Tiene que ser dominada. Por eso es que son tan pocos los alumnos que logran un nivel alto en matemática. Estos alumnos alcanzan un cielo de cristal porque la naturaleza acumulativa de la materia sube con ellos.
¿Cómo desarrolla la matemática los poderes de la mente? La matemática forma la mente del estudiante en la exactitud, en el pensamiento lógico, en la resolución de problemas. Es formación, no información. La matemática en verdad educa, transforma, cambia la mente del estudiante para que ésta se vuelva como ella misma: ordenada, lógica, exacta, organizada. El auténtico propósito de la educación, y de todas las materias que llevamos en el colegio, es desarrollar, modelar y transformar la mente y el carácter del estudiante. La naturaleza de la materia transfiere su carácter a la mente del estudiante.
¿Qué hace tan especial a la matemática? La matemática es un lenguaje. Un lenguaje no es realmente una materia. Es algo mucho más básico y fundamental. La astronomía es una materia. La Guerra civil es una materia. Ciencia, historia, literatura, psicología y sociología son materias. Las materias son, por su propia naturaleza, tópicas (3). Es cierto: haya puntos básicos en cualquier materia, e idealmente se enseñan en una forma tan acumulativa como sea posible. Si a un estudiante no le va bien en historia universal un año, sin embargo, puede ponerse al día y salir bien el año siguiente en historia americana. Si se duerme durante la lección de la estructura de las células, puede despertar y sacar una ‘A’ en la clasificación de las plantas. Si no lee Hamlet, puede leer Macbeth. Las materias no son tan exigentes como los lenguajes, y por ello no producen estudiantes con las mismas facultades intelectuales.
Ahora bien, ¿qué tenemos en el lado del lenguaje en el currículo que sea comparable a ese balance de rigor, desafío, acumulación y formación que proporciona la matemática? Sin el latín, la respuesta es ‘nada’.
La matemática es importante, pero es secundaria en comparación con la habilidad lingüística. De hecho, la matemática depende de la habilidad lingüística. El maestro de matemática enseña los conceptos con palabras, y los símbolos matemáticos se usan en lugar de palabras, de manera que pueden ser manejados más fácilmente en el papel. Una persona verdaderamente educada puede ser bastante mala en matemática, porque las habilidades lingüísticas son todavía el distintivo del hombre educado: alguien que puede hablar y escribir con claridad y que domina su lengua nativa.
El latín proporciona este componente que falta en la educación moderna: el entrenamiento sistemático del lenguaje, comparable a la matemática en el otro lado del currículo. En casi todo lo que he dicho sobre la matemática, puede poner usted latín, pero no inglés, ciencias o historia.
¿Por que no inglés? ¿Por qué no la gramática inglesa? (4) El inglés no es una lengua clásica; no tiene la estructura ni la forma, la lógica y las reglas. Sería como estudiar arquitectura moderna o música pop, en lugar de arquitectura clásica o música clásica. El inglés no sigue [tan estrictamente] las reglas. Los romanos eran disciplinados, y su lengua marchaba en columnas, línea tras línea de soldados. El inglés es relajado y suelto, cambia y se curva donde se necesario para adaptarse a nuestro capricho. Nosotros (5) somos independientes, amantes de la libertad, y nuestra lengua lo muestra. Las lenguas reflejan la cultura de la gente que las habla. La lengua influye en el carácter de la gente de una nación, y viceversa.
Por otra parte, los estudiantes pasan un tiempo difícil estudiando su propia lengua, que ya saben por instinto. Los estudiantes han crecido con su lengua. La dan por conocida; se aburren cuando la estudian. Son increíblemente reacios a analizarla porque pueden de hecho usarla de forma práctica. Además de eso, la gramática inglesa es abstracta, mientras que la latina es concreta (6). En latín, uno sabe cuál es el objeto directo porque la palabra está en caso acusativo. En inglés, uno tiene que descubrirlo a través del contexto. Al enseñar una lengua que es muy distinta del inglés, el alumno, por primera vez, realmente empieza a descubrir cómo funciona su propia lengua. Su propia lengua cobra vida.
¿Y qué hay de las demás lenguas modernas? Al igual que el inglés, no son clásicas. Carecen de la estructura, la forma y el orden lógico de las lenguas clásicas (7). Las lenguas clásicas -latín y griego- son tan diferentes de las lenguas modernas que parecen totalmente extrañas a los alumnos. Éstas les abren un mundo totalmente nuevo y les dan la capacidad de pensar sobre el lenguaje: una tarea muy difícil, ya que los estudiantes usan su lengua de manera natural. El método indirecto de instrucción comienza de la mejor forma con las lenguas. Estudiar otra lengua, una lengua clásica, hace que la propia cobre vida. Permite al alumno comparar y contrastar, ver la función de cada parte del discurso y su papel en el lenguaje. Es como ponerse anteojos para ver en tercera dimensión.
El latín desarrolla y aumenta la capacidad de la mente en un grado mucho mayor que la matemática, y balancea el currículo. El estudio del latín es una educación completa porque desarrolla las facultades intelectuales de la mente al mismo tiempo que desarrolla la capacidad para utilizar bien la lengua propia en una forma mucho más eficaz que estudiando su gramática, y de esta forma logra simultáneamente las dos metas más importantes de la educación .
El latín, como la matemática, da al alumno la experiencia de estudiar una materia a un nivel de maestría. Esto es lo que falta en la educación moderna. Tratamos de enseñar de todo, y cubrimos demasiadas materias de manera superficial. El estudiante está siempre en la superficie, siempre es un principiante. Siempre está engullendo un montón de datos inconexos. Pocas oportunidades se dan de usar habilidades intelectuales de orden superior cuando uno es un simple novato. Es solamente cuando el alumno ha estudiado una materia lo suficiente como para tener profundidad cuando su mente puede ser exigida y desafiada con metas de orden superior. El latín y la matemática dan al estudiante la experiencia de estudiar una materia de manera sistemática, hasta alcanzar un grado de maestría, por un largo período. Esta es una clave para el desarrollo mental y del carácter, y es la experiencia académica más valiosa que un niño puede tener en el colegio.
¿Qué se necesita para llegar a la cima del monte? ¿No es necesaria, acaso, una inteligencia superior? No; se requiere perseverancia, trabajo duro, fuerza de voluntad, coraje. Se necesita un plan, una actitud de nunca darse por vencido, ingenio, flexibilidad y preparación. El proceso educativo es como el deporte: el maestro es el entrenador que puede llevar al estudiante hasta la cima, al summum de su habilidad, y prepararlo para la vida. El latín lleva al estudiante a la cima del monte Parnaso, para ver desde allí las verdes praderas donde jugaba de niño, y le pide que recuerde qué poco sabía cuando creía que lo sabía todo. Le dice: “ya que lo has hecho una vez, puedes superar cualquier reto que encuentres en la vida”.



Notas del traductor:
(1) También Harry Potter se ha sido traducido al latín.
(2) SAT: Scholastic Achievement Test.
(3) Es decir: relativas a un lugar.
(4) Lo que la autora dice del inglés, puede también decirse, mutatis mutandis, del castellano.
(5) Es decir, los estadounidenses.
(6) No está claro aquí qué significa que un sistema gramatical sea más "abstracto" que otro.
(7) Todo sistema gramatical implica una estructura, un orden, unas reglas. Puede ser, como afirma la autora, que las lenguas clásicas tengan gramáticas más complejas.

*Traducido del inglés por Moris Polanco. Fuente: The Classical Teacher, Memoria Press, 2006, pp. 8-9.

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